viernes, 2 de septiembre de 2011

Teoría del espejo, el reflejo de la realidad.





La razón específica del periodista es interpretar y  escudriñar  la verdad de los hechos, manteniendo  una objetividad del acontecimiento; en este sentido  podríamos decir que el periodismo  es el reflejo   de una realidad en un entorno social donde el  espectador  cree saber la verdad.   Pero, ¿qué tan cerca estamos de plasmar esa realidad “objetiva”  hacia el receptor?

En el siglo XIX aparece una metodología para comprender  la base de una noticia, llamada la teoría del espejo,  comienza   en la segunda mitad del siglo a mitigar los cambios de la prensa americana.

 La teoría explica como el periodismo es el mediador o el espejo de la realidad. Se caracteriza  por   relatar  un acontecimiento   equilibrado,  preciso y real de la noticia; aportando una información  verdadera,  tratando de utilizar la imparcialidad.

Esta teoría sustituye los comentarios  por los hechos o narraciones, donde la palabra juega un papel importante de  contar una realidad. De igual modo, se incrementa las reglas de narración y   métodos eruditos  del periodismo que surgieron en la década de los años 20. Facilitando en el oficio una disciplina científica para que los periodistas eviten la subjetividad, como lo afirmaba Walter Lippman.

Sin embargo,  el lema del periodismo inglés nos argumenta que “la noticia es sagrada y el comentario es libre” este contexto no das a entender que   el comunicador para poder desempeñar esta gran objetividad, debería tener  una actitud escéptica a los sentimientos pero resulta ser algo ineluctable tratándose de  seres humanos y  así mismo la aprehensión de los medios masivos frente a la tergiversación de la información, proporcionan  a que la realidad sea un  dogmatismo.

Por consiguiente,  la realidad de todo un entorno social es  influenciada por un medio masivo  el cual busca que su  perspectiva hacia la información transmitida al público sea la que ellos diversifican como la realidad de todo un pueblo, país o grupo colectivo, de individuos civiles.

Tratando de controlar  y  proporcionar un poder imperialista en el pensamiento frente a alguna crisis o situación que altere su porvenir, siendo un  sistema de sometimiento al avance de una responsabilidad social y un ilusorio  mejoramiento de un país.

Por otra parte, la realidad jamás será exacta, como nos argumenta Arnheim, Rudolf. “no existe algo que sea fiel copia de la realidad física”, puesto que el mismo periodista debe proporcionar una información desglosada de la realidad, para que la información sea masticable en todo el público en general, no con la intención de manipular, sino de ser precisa y clara.

Por ejemplo, si el periodista tuviera que cubrir en directo una noticia sobre una congestión vehicular en algún punto de la ciudad y se quedara en la calle mostrando o describiendo los hechos por varias horas, visualizando una perenne información o imagen. Para el espectador sería algo confuso, fastidioso  e impreciso. No habría una retroalimentación del mensaje y la información podría no ser digerida por el receptor.

 Finalmente,  si buscamos una  asertividad de la información de un acontecimiento. Los medios de comunicación tendrían que dejar a un lado la perorata  de  ser sólo transmisores  de un mensaje incongruente,  para dar paso a la apasionada transformación de un cambio social donde: oriente, explique hechos de relevancia, genere libertad critica adecuada y forme ciudadanos de cambio social. Buscando que la teoría del espejo no sea una hipótesis sino una precursora de  existencia frente a las diversas informaciones en los medios masivos.















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